Por qué nadie usa la red social corporativa
Imagina una organización que está completamente conectada digitalmente. Los colegas de trabajo se conectan los unos con los otros sin problemas por todas partes del mundo.
¡Es el momento de despertar de este cuento de hadas! Éste es el mundo que vende la gente que presenta las plataformas de colaboración y las redes sociales empresariales como la panacea para resolver todos nuestros problemas de colaboración. La realidad es que el mundo está lleno de despliegues tecnológicos fallidos. Las investigaciones de Altimeter muestran que menos de la mitad de las herramientas de colaboración que instalan las empresas tienen a varios empleados usándolas de manera regular.
Hace poco hablé con el líder de equipo de una de las principales firmas de tecnología de Silicon Valley que había instalado una plataforma de colaboración empresarial interna en sus esfuerzos por comprometer a sus empleados y aumentar la colaboración. Después de un pico inicial de adopción, su uso fue disminuyendo lentamente. Era un resultado decepcionante y querían saber cómo arreglarlo, o si directamente debían tirarla a la basura e invertir en una nueva plataforma.
Mientras estaba en frente del equipo ejecutivo lancé una pregunta abierta: ¿Cuántos de ustedes han entrado en la plataforma en la última semana?
Sólo se levantó una mano – la del administrador de la plataforma.
El problema era simple y obvio: debido a que los altos ejecutivos no veían la colaboración y el compromiso como un buen uso de su tiempo, los empleados rápidamente aprendieron que ellos tampoco deberían hacerlo.
Nuestra investigación muestra que la participación de los líderes es crucial para la colaboración. Los líderes deberían saber que ellos deben comprometerse con los empleados, especialmente por la vía digital y los canales sociales. Pero no lo hacen, y ofrecen una lista de excusas comunes como “no tengo suficiente tiempo” o “a nadie le importa lo que comí en el almuerzo”. Más que nada, tienen miedo de que comprometerse elimine la distancia de poder entre ellos y sus empleados, disminuyendo por lo tanto su capacidad de dirigir y controlar.
He aquí un ejemplo donde los líderes dan los primeros pasos para convertirse en lo que yo llamo un líder comprometido -una persona que se siente cómoda extendiendo su liderazgo de manera profunda a través de la transformación digital-.
Comprométete para la transformación Digital. David Thodey, CEO de Telstra, la compañía de telecomunicaciones más grande de Australia, quería dejar absolutamente claro que él se tomaba muy en serio la utilización de la red social de la empresa para hacer negocios. Así que solía preguntar, “¿Qué procesos y tecnologías deberíamos eliminar?” La pregunta recibió más de 700 respuestas dentro de la primera hora y le dio a Thodey una mirada inmediata y profunda sobre lo que no estaba funcionando en Telstra. Pero lo más importante es que Thodey y su equipo ejecutivo utilizaron la plataforma para la discusión de seguimiento, señalando la seriedad de su intención de crear un diálogo para tomar decisiones importantes en los canales digitales. Al responder y cerrar el ciclo digital, Thodey demostró que la participación de los empleados marcaba una diferencia.
Los empleados son listos -no van a perder el tiempo en cosas que son solamente de cara a la galería-. Piensa en los tipos de compromisos que quieres tener en los canales digitales, con quiénes, sobre qué y cuándo. Comprometerse para la transformación digital es el paso que le da el toque final al viaje para convertirse en un líder comprometido. Implica escuchar y compartir (dos elementos fundamentales del compromiso), así como interactuar con los seguidores de una manera consciente, bien sea a escala o uno a uno. Esto es parte de lo que hace que el compromiso sea maravilloso. Tiene una gran significación para la gente con la que el líder decide comprometerse. Es una herramienta que, por lo tanto, debe usarse consciente y sabiamente.
La colaboración depende de la confianza y es crucial que los líderes aprendan a hacer esto en la era de la transformación digital. Las herramientas en sí mismas importan menos que las habilidades de los líderes para describir el objetivo y los propósitos de esas herramientas. Montar una plataforma tecnológica no es suficiente. Debes pensar bien cómo la organización va a cambiar y cómo la vas a llevar hacia y a través de ese cambio. A menos que tengas una varita mágica, el mundo de cuento de hadas de la colaboración no va a suceder simplemente porque conectes una tecnología. Pero tienes algo mejor: Una visión de líder, objetivos estratégicos y la pasión para guiar a tu organización a través de los cambios a los que se enfrenta. Confía en estas habilidades fundacionales de líder y aprende a extenderlas al mundo digital. Si puedes hacer eso, entonces la colaboración encontrará su lugar en tu organización.
Add your comment